Volver a nacer

  

   Las nubes cargadas de tiempo, me dibujan una sonrisa en tu recuerdo.

   Aquellos muros de colores me traen una nostalgia que pareciera infinita, al lado de tu sonrisa donde solíamos encontrarnos y disfrutar lo más bello de vivir. Ya el tiempo ha pasado y seguiré en estos muros y columnas recordándote porque ya te has ido, la brisa levanta las hojas de aquellos arboles donde escribíamos nuestras iniciales dentro de un sentimiento, ése que se me hace eterno al recordarte.


   El pasado que resguarda en una burbuja rodeada de un mar de alegrías. De historias memorables y fantasías exquisitas. Un mundo paralelo tan distante pero tan cerca. ¡Tiempo marcado!  Te anhelo tanto que vuelvas. Te amo tanto y creo que siempre será así, porque amarte a ti me ha hecho mejor persona; te llevo con una sonrisa y un suspiro.


   Una vez más me siento fuera de la realidad, al recordarte en tantas formas, no puedo más que sonreír tras ese cometa de profundos recuerdos, esos momentos tan bellos y mágicos. A donde vaya te llevaré conmigo, creo que nada tendría sentido. De volver a nacer escogería nuevamente esa vida y te escogería a ti.


   Me queman esos recuerdos, la tranquilidad que habitaba en esos espacios que compatirmos una y otra vez.


   Recordarte a ti y sólo a ti, me hace erosionar la realidad y los tiempos presentes. No sabes cómo me encantaría devolver el tiempo, aunque sea para ver desde tus ojos lo que vivimos. Volver a vivir, a repetir esa experiencia. Jamás volverá, lo sé. Pero en este instante sólo quiero recordarte a ti, Te Amo porque eres tú. Es para ti... es para mí.


   Es difícil no resbalar las lágrimas en este momento, pero que alegría poder tenerte el recuerdo de lo vivido; de volver a ti lo viviría con mayor intensidad. 


  ¡Qué nostalgia acordarme de ti!


   Esos tiempos eran perfectos, sin embargo hoy soy más dichoso que ayer, eso lo sé. Pero hoy sólo me acuerdo de ti y tu cabello rojo.


   Hoy me acuerdo de ti y tu tersa piel blanca, aquella pureza en tus ojos que cautivaba mis movimientos. Tus lindas pecas alrededor de tu cara y la torpeza, pero tierna, de tus manos. 

  Estoy tan lejos de ti y los viejos momentos, pero, ¡cómo te siento en éste momento! La felicidad de vivir contigo, la llevo conmigo en cada respiro silencioso.
 
   Cada detalle de nuestras manos a la orilla del mar, esos besos salados debajo de las olas y la unión de nuestras pieles donde terminamos siendo un solo cuerpo, al lado del mar...

Ernesto L Rodríguez R